Medicina Veterinaria: Al servicio de la vida y de la casa común

En el marco del Día de la Medicina Veterinaria, que se celebra este 26 de abril en todo el mundo, académicos y estudiantes de la Escuela de Medicina Veterinaria UC comparten las iniciativas que están llevando a cabo para el cuidado y respeto de las diversas formas de vida que componen nuestra casa común, basados en evidencia científica, así como en una profunda mirada ética y social. Juntos buscan aportar con soluciones desde una disciplina que ha cobrado mayor visibilidad por su gran impacto en la humanidad. 

Impulsar acciones y una investigación colaborativa desde la mirada de Una Salud –aquella que reconoce la interconexión entre la salud humana, animal y de los ecosistemas-, formar profesionales de la medicina veterinaria que trabajen con compasión y respeto por todos los seres vivos, así como orientar el quehacer hacia el bienestar de las comunidades y la sociedad son algunas de las acciones necesarias ante las actuales amenazas sanitarias que afectan al planeta.  

Homogeneizar el conocimiento, fortalecer las especialidades, evitar el cuestionamiento a la ciencia que incluye no cumplir con la vacunación de mascotas, solucionar la inequidad en el acceso a la salud animal, contar con un marco normativo ante problemas como los perros asilvestrados, la zoonosis y el maltrato animal son algunos de los desafíos que han motivado a la Escuela de Medicina Veterinaria UC a incluir en el proceso formativo el desarrollo de un pensamiento crítico que conduzca a las y los estudiantes a ser articuladores de soluciones basadas en un trabajo interdisciplinario y reflexionar sobre el valor de las distintas formas de vida que integran nuestra casa común. 

“Estamos ante un cambio generacional en la medicina veterinaria, en el cual las y los estudiantes son conscientes de que es necesario pensar en el bienestar integral de la sociedad, dejando atrás aquel enfoque fragmentado que primaba hace más de 20 años, en el que se pensaba en la utilidad de los animales. Hoy eso ha cambiado, el trabajo se ha volcado hacia el bienestar animal, que valora y respeta a estos seres sintientes”, señala la Dra. Andrea Moreno, Directora de la escuela. 

Y agrega que esta mirada también se refleja en el desarrollo de un trabajo interdisciplinario, en áreas como la salud pública, epidemiología, bienestar y producción animal, fauna y fauna silvestre. “Es una carrera tremendamente amplia, que a su vez abre oportunidades de especialización, investigación clínica y el desarrollo de un sólido componente científico-tecnológico”, añade la Dra. Moreno. 

Respetar la vida desde una mirada espiritual 

Una invitación a reflexionar sobre la urgente necesidad de una ecología integral, que emerge al reconocer la dignidad y valor de cada ser vivo que habita nuestra “casa común”, es lo que hizo el Papa Francisco a través de la encíclica ‘Laudato si’” (2015).  

“San Francisco, con el Cántico de las criaturas, inspiró al papa Francisco en la encíclica Laudato Si’. Aunque no menciona directamente a los animales, alaba a Dios por todas sus criaturas, incluyendo a todos los seres vivientes. La medicina veterinaria, desde una visión integral de la creación, ayuda al ser humano a cuidar y proteger la vida en todas sus formas”, explica el padre Matteo Martinelli, sacerdote franciscano y asesor pastoral de la escuela. 

El sacerdote se refiere también a uno de los mensajes presentes en el libro del Génesis (Gén. 1,26), en el que se habla del acto de amor de Dios al confiar al ser humano el cuidado de la creación. “’Dominar’ no significa abusar, sino proteger con responsabilidad. Ese es el rol del médico veterinario: cuidar y defender la vida como parte del plan de Dios”. 

En la misma línea, la Dra. Andrea Moreno, destaca una de las iniciativas impulsadas por estudiantes. “La labor que ha venido realizando la Pastoral de Medicina Veterinaria, congregando a estudiantes, docentes y funcionarios, ha fortalecido el sello cristiano presente en las distintas acciones que se generan dentro de la UC”. 

Aprender Sirviendo 

Las problemáticas sociales que hoy proliferan en las diversas comunidades requieren de actores que trabajen desde la empatía y el deseo de utilizar su talento y conocimientos para ayudar a otros.  Y este llamado a servir alcanza también a la medicina veterinaria, siendo clave su transmisión a los futuros profesionales de esta área. 

“Quienes tenemos la labor de educar debemos promover una formación clínica desde una mirada integral del ser humano y su vínculo con los animales. Nuestra propuesta académica va más allá de la adquisición de competencias clínicas, queremos que los y las estudiantes descubran sus propias potencialidades, fortalezcan su vocación y desarrollen la empatía como herramienta esencial en su práctica profesional. Buscamos formar clínicos con sensibilidad, compromiso y una visión ética”, recalca la Dra. Carolina Escobar, Directora Clínica de la escuela. 

De esta manera, cada instancia de aprendizaje práctico es también una oportunidad para fortalecer el compromiso ético y social, preparando a las y los estudiantes para un ejercicio profesional al servicio de quienes más lo necesitan.

En esta línea, la Dirección Clínica, creó la iniciativa VetUComunidad, la cual busca responder a las necesidades planteadas por comunidades, particularmente municipalidades. A través de esta actividad, se busca facilitar y motivar el aprendizaje, reforzando competencias clínicas y habilidades comunicacionales con los tutores y, a la vez, aportar a la sociedad entregando un servicio a la comunidad. 

Sobre la necesidad de contar con esta formación integral, Javiera Navarro, estudiante de sexto año, fundadora de la agrupación Silvet, y cofundadora de la Pastoral de Medicina Veterinaria y del Proyecto Asís, expresa que “debemos formarnos no solo para adquirir conocimientos técnicos, sino que ir en búsqueda del crecimiento personal, como personas empáticas, responsables, conscientes y comprometidas con el mundo y la sociedad».  

La alumna destaca las oportunidades que ofrece la UC para enriquecer el aprendizaje. Sin embargo, “depende de cada estudiante buscar ese camino, siendo proactivo, saliendo de la zona de confort, viviendo experiencias y sirviendo, logrando así una transformación profesional y personal”, indica. 

Práctica clínica desde la compasión 

Una práctica clínica centrada en el bienestar animal, guiada por la compasión y el respeto es lo que busca plasmar la escuela en las y los estudiantes. 

“Es esencial recordar que cada animal es un ser vivo con emociones y necesidades únicas. La empatía nos permite conectar con los animales, entendiendo sus comportamientos y necesidades, mientras que la compasión nos impulsa a actuar con bondad y a ofrecer apoyo en sus momentos de vulnerabilidad. Una atención individualizada asegura que cada animal reciba el cuidado específico que necesita, respetando su dignidad y valor”, destaca la Dra. María Paz Iturriaga, Subdirectora Docente y especialista en medicina de animales pequeños.  

Este enfoque es compartido por la medicina veterinaria en equinos. “La relación del hombre y el caballo es una de las más especiales en la historia de la humanidad, siendo uno de los últimos en domesticarse, con una increíble transición desde ser una presa para el ser humano a ser un animal cercano, compañero de caminatas, deportes ecuestres y con una altísima sensibilidad a nuestras emociones que, en muchos casos, lo convierte en un miembro más de la familia”, comenta la Dra. María Paz Zúñiga, profesora asistente de la escuela y actual presidenta de la Asociación Chilena de Veterinaria Equina (ACHVE). 

Por eso, agrega, «las y los médicos veterinarios deben ser sus guardianes y garantes de las mejores condiciones para su bienestar y salud general, lo que requiere enriquecer y actualizar el conocimiento día a día, brindándoles así una atención profesional con altos estándares». 

Sobre el uso de la tecnología como herramienta formativa al servicio de una formación ética y compasiva, el Dr. Pablo Lillo, profesor asistente de la escuela, explica que esta ha transformado la enseñanza en medicina veterinaria, proporcionando herramientas bien avanzadas, como modelos tridimensionales, realidad aumentada y realidad virtual.  

“Estas y otras innovaciones permiten, por ejemplo, que las y los estudiantes aprendan anatomía, así como habilidades clínicas, de manera muy precisa y segura, en un espacio de confort que ofrece la posibilidad de hacer repeticiones, reduciendo la necesidad de trabajar con animales vivos o cadáveres. Mejoramos la eficiencia del proceso de aprendizaje y el perfeccionamiento de técnicas, promoviendo la ética y el respeto hacia los animales”, señala el académico.  

La patología, subespecialidad de la medicina clínica que estudia los mecanismos por los que se produce una enfermedad a partir de sus causas, tiene también responsabilidad en materia de bienestar animal. Así lo explica el Dr. Federico Cifuentes, profesor asistente de la escuela. 

“El rol del patólogo es crucial como parte de los esfuerzos por llegar a un diagnóstico certero y rápido de la enfermedad de los animales. Dado que los resultados de estos análisis impactan directamente el pronóstico y tratamiento de estas enfermedades, el patólogo debe seguir estrictas normas éticas que permitan responsabilidad y consistencia en sus resultados. Un resultado equivocado puede llevar a agravar la enfermedad o incluso causar lesiones permanentes o la muerte”, enfatiza. 

Al servicio de las comunidades y del país 

La medicina veterinaria incorpora un valor fundamental en la conservación de la biodiversidad, fomentando la calidad de vida de las comunidades y preservando su patrimonio cultural y vínculo con la naturaleza.  Por esto, la escuela propone acciones clave, como los operativos veterinarios, el apoyo a comunidades rurales y la investigación aplicada a resolver a urgentes desafíos, que incluyen el cambio climático.  

“Los operativos organizados por la escuela y que se realizan en distintos lugares no solo tienen como objetivo vacunar y desparasitar, sino traspasar información a las personas para prevenir enfermedades. Hay enfermedades parasitarias muy comunes, pero muchas veces son desconocidas, por lo que es importante desparasitar a las mascotas, entregando información sobre las medidas a tomar por parte de los tutores”, explica el Dr. Cristian Álvarez, parasitólogo veterinario y profesor asistente de la escuela. 

Destaca también la labor educativa que han venido realizando con niñas y niños de jardines infantiles, como parte de las Experiencias CTCI de PAR Explora RM Sur Oriente de la UC, cuyo objetivo es fomentar el desarrollo de competencias en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación (CTCI) en niños, niñas y jóvenes, a través de experiencias de aprendizaje significativas. “Es fundamental promover la salud humana y animal desde pequeños”, agrega. 

Las comunidades rurales son también un foco de trabajo. Según el Dr. Óscar Peralta, profesor asistente de la escuela y especialista en reproducción y biotecnología animal. “La agricultura familiar campesina (AFC) representa una forma de organización para la producción agrícola y ganadera que posee una gran significancia social, económica, territorial y ambiental en Chile. Además de su gran impacto en la producción de cultivos, hortalizas y frutas, la AFC produce cerca del 54% de la carne de vacuno y 42% de la carne de cordero a nivel nacional”.  

Una de las líneas de investigación que desarrolla la escuela está orientada al equilibrio ecológico y el uso responsable de recursos marinos. «Un papel fundamental de los médicos veterinarios, sobre todo a nivel nacional, es su participación en producción acuícola y los distintos ámbitos que eso conlleva. El médico veterinario tiene integrado de base el concepto de Una Salud, que está también presente en la acuicultura”, indica el Dr. Phillip Dettleff, profesor asistente de la escuela. 

El académico destaca que “parte de nuestra investigación se enfoca en el estudio de diversos componentes y factores ambientales y climáticos, así como en los patógenos que afectan a la industria acuícola. Nuestro objetivo es desarrollar mecanismos que contribuyan a hacerla más sustentable». 

Nuevos líderes al servicio de la casa común 

Motivados por vivir activamente el compromiso de transformar realidades que conduzcan a garantizar el bienestar de todos los seres vivos y una ecología integral, en la escuela han surgido diversas iniciativas estudiantiles que atraen cada año a nuevos alumnos.  

Bastián Rojas, estudiante y miembro del Centro de Estudiantes (CEMVET) destaca la ayuda que entregan las y los docentes a las propuestas estudiantiles para la realización de operativos y actividades cuyo enfoque ha sido aportar al bienestar y formar una comunidad educativa centrada en el bien social. 

El estudiante destaca: “Desde CEMVET creemos que el rol que desempeñamos como médicos veterinarios en la sociedad es fundamental, y como centro de estudiantes buscamos fomentar la colaboración intergeneracional para lograr una comunidad educativa unida. Dentro de nuestras propuestas se encuentra el promover instancias de participación en operativos y actividades extracurriculares, así como el brindar nuestro apoyo a organizaciones estudiantiles y al equipo de la escuela en la realización de estas actividades”. 

Gabriela Chávez, coordinadora del Proyecto Asís, explica que este se originó por las ganas de ayudar a comunidades vulnerables, específicamente aquellas que no cuentan con servicios veterinarios básicos. 

“Realizamos un operativo en la comunidad de María Pinto, donde vacunamos y desparasitamos a más de 90 mascotas. Además, en esta instancia pudimos escuchar y conversar con vecinos y tutores de animales. Actualmente estamos programando para este semestre un operativo interno de vacunación para 25 perros; y para el segundo semestre, queremos regresar a María Pinto para llevar a cabo una jornada de esterilización y vacunación”, indica la estudiante. 

Devolver la libertad a aquellos animales silvestres que, por diversas causas, han sido privados de su entorno natural, fue el espíritu que dio vida a Silvet, cuenta Rocío Astudillo, estudiante y coordinadora de esta organización, cuyo compromiso es brindarles una segunda oportunidad a estas especies, sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de conservar y respetar la fauna silvestre. 

“Nos enfocamos en el rescate, rehabilitación y conservación de animales silvestres, trabajando junto a centros especializados. Realizamos operativos, voluntariados, talleres y proyectos educativos, generando un impacto real al conectar a la comunidad con el cuidado de nuestra biodiversidad y formando profesionales con conciencia ecológica”, explica la estudiante. 

Promover la espiritualidad, el servicio y la responsabilidad social son los valores que guían a la Pastoral de Medicina Veterinaria, que fue concebida como “Un espacio de encuentro con Cristo en comunidad y servicio”.  

“Estudiar veterinaria es una manera de responder al amor de Dios. En cada paso, descubro cómo la fe y la vocación se entrelazan, y que esta profesión va más allá de la técnica: es un llamado a cuidar con ternura, sanar con fe y servir con esperanza. En lo pequeño, en lo frágil, en lo que sufre, ahí también se revela Dios, y ahí quiero estar yo”, destaca Emilia Pérez, coordinadora general de la organización.